Efecto Karma

Karma Reflejo de Vidas Pasadas

Para todos los seres humanos sabemos que cuando algo va mal lo determinamos como problema y cuando algo sale bien lo calificamos como correcto, ambas determinaciones han sido aprendidas desde el primer momento en que nacemos. Para los orientales esta figura calificativa varía a la de los occidentales, pues sus enseñanzas señalan que el bien y el mal son el resultado de nuestros actos diarios así como deudas pendientes de vidas pasadas a ello se le conoce como “Karma”.

La palabra karma significa acción y está dirigida a nuestros hábitos cotidianos físicos, verbales y de pensamiento. Los actos que efectuamos dejan rastro en nuestro inconsciente los cuales con el pasar de los tiempos tienen los resultados que le corresponde. Tomemos nuestra vida como un terreno agrícola limpio y fértil, en donde caen las semillas, debemos abonar y cultivar para que posteriormente germinen plantas vigorosas, mientras que si en nuestra vida nunca tenemos la oportunidad de abonar y cultivar tendremos como resultado una cosecha de mala calidad.

Cuando nuestra mente está serena, disfrutamos de verdadera felicidad. En cambio, si carecemos de paz mental, por muy agradables que sean las condiciones externas que nos rodean, no podemos ser felices

En el anterior ejemplo podemos observar como actúa la ley del karma se hace presente, todos nuestros actos mentales, orales y materiales (pensar-hablar-hacer) son a causa de nuestra experiencia vivencial. Todas las personas tenemos experiencias únicas, nunca son iguales a otras, nadie se enferma de las mismas afecciones, algunos casi nunca se enferman y otras se ven más a menudo en el médico, otros poseen un semblante alegre y bromista mientras que otros viven siempre insatisfechos, algunos pueden superar fácilmente un problema, otros pueden ahogarse en un vaso de agua, en general nadie piensa y actúa de la misma manera que otra, pueden ser similares pero en su conjunto nunca son idénticas.

“El aprisionamiento personal” es la razón primordial por la que los seres humanos sufrimos, y es producido por nuestras propias acciones, esto no es un castigo ni mucho menos una sanción impuesta por nadie, su origen radica en el odio, el egoísmo y la avaricia, actores principales quienes llevan a querer tener algo sintiéndolo propio y nuestro. Todos en el mundo somos pasajeros, podemos sentirnos dentro de este mundo pero no eterno ni perenne, somos instrumento de ayuda a los demás para ayudarnos en nuestra vida.

Tomar consciencia de lo importante que es vivir libremente sin el “aprisionamiento propio”, habremos aprendido a respetar nuestra vida y la de los demás, tendremos actos más puros y de verdadera felicidad; como reflexión y ejercicio práctico podemos tratar de comenzar el día sin juicios de valor ni a uno mismo ni a los demás, al final del día verás como finalizará una jornada muy tranquila y de gran armonización kármica.

El Camino a la Felicidad, armonización kármica